dimarts, 10 de juliol del 2012


EL CULTO A LA BELLEZA EN VENEZUELA: REINAS, MADRINAS, NOVIAS Y MISSES

Andrea Polanco, de 9 años, adoptaba estudiadas poses de modelo. “Enseña los dientes” le recordaba insistente Isabel, su madre, para que mostrara la sonrisa. Ilusionada, apenas reflejaba cansancio por la dura sesión de fotografía. Había sido elegida reina de su escuela y soñaba con ser miss. Lidia Petit, Miss Intercontinental, un momento antes de cualquier foto, ocultaba su expresión de agotamiento enseñando los dientes. Lidia, declara que de pequeña “soñaba con ser miss y representar a su país”. Margarita Díaz había sido elegida este año, por primera vez en la historia de los concursos de belleza de Venezuela, Reina de la Tercera Edad del Estado de Vargas. No precisaba forzar la sonrisa, se mostraba divertida y desenvuelta en la sesión de fotografías. Las reinas de los pueblos del humilde estado de Apure no pusieron ninguna dificultad a prestarse para posar. En Venezuela muchas niñas, y sus madres, sueñan con ser misses, al igual que en España muchos niños, y sus padres, sueñan con ser futbolistas o tenistas. Durante el carnaval, el disfraz de miss es el más lucido por niñas y adolescentes. Durante la retrasmisión televisiva de los concursos de belleza, las calles están casi vacías, como cuando en España se televisan ciertos partidos de fútbol.

El fenómeno de las misses, una de las señas tópicas de identidad de Venezuela, no es sólo el resultado de una potente industria de selección y modelación de bellezas. Está industria produce una extensa cultura popular al tiempo que es así mismo producto de dicha cultura. El observador extranjero puede advertir que quizás las palabras más frecuentes en el habla venezolana son “amor” y “belleza”. Ambas palabras se aplican tanto a personas, como a animales, plantas, paisajes y objetos inanimados en general. Sabido es que algunos componentes del lenguaje, especialmente los más reiterados, son algo más que instrumentos de comunicación general. Suelen también representar valores sociales ampliamente compartidos.

La belleza aparece como característica necesaria de las mujeres. Lidia Petit, venezolana Miss Intercontinental 2000, afirma que toda mujer nace hermosa, al tiempo que define la feminidad como algo innato consistente en ser bella, deseosa de vestir bien, ser coqueta, arreglarse y ser decente. Características que opone a las también innatas de masculinidad: cortesía, fuerza, rudeza y dominación, apostillando que “de hecho los hombres son más masculinos que las mujeres”. La idea de la indiscutible naturalidad genética de la feminidad y la masculinidad se contiene incluso en los discursos supuestamente más cultos, como el de Carolina Guarrón, Novia 1998 de la Universidad Central de Venezuela, convencida de que se nace con ello. Lo cual no es óbice para que al mismo tiempo se reconozca, que las madres educan desde la más tierna infancia en todas las características antes mencionadas, acentuando dicha educación a partir de la adolescencia. En esta etapa, las empiezan a estimular a aparecer ya como mujeres de presencia sexuada preparadas para entrar en el mercado matrimonial: maquillaje, vestidos ajustados, cortos y ampliamente escotados.

Tanto en las entrevistas a misses, reinas y novias, como en discursos mediáticos y las conversaciones comunes se suele insistir en que “belleza es arreglarse”. Jennifer Soler, Novia 1999 de la Universidad Central de Venezuela, sostiene que no hay mujer fea sino mal arreglada. Ella misma, que posee las características ajustadas a los standards globalizados de belleza física, se pone como ejemplo afirmando que antes no era bella, pues no se arreglaba. Ahora sí lo es, pues empezó a maquillarse y vestir mejor a partir de que la animaran a presentarse a la competición de belleza de la universidad.

La importancia del valor belleza y lo  que el sociólogo venezolano Roberto Briceño califica de “colonización cultural norteamericana”, así como la relevancia que ha adquirido el fenómeno de las misses, ha llevado a que en casi todos los ámbitos de la sociedad venezolana se celebren concursos de belleza: escuela, equipos deportivos, carnavales, fiestas patronales, recolección del algodón, universidad, agrupaciones militares, etc. Alcanza tanto al ámbito rural como al urbano, se instituye en los diversos sectores sociales y abarca las diferentes edades, desde la escuela hasta la tercera edad. Así se cumple con el ritual social de devoción por la belleza, al tiempo que se representa el homenaje a la feminidad, que Georg Simmel denomina “sobrevaloración mística de la mujer”, o lo que el sociólogo norteamericano Vance Packard  califica de “compensación simbólica a la sumisión y la explotación”.

La feminidad y, en este caso, la belleza, según Simmel no puede ser juzgada por normas propias. En todo caso es juzgada al mismo tiempo por la apropiación, en el sentido de ser aceptados como si fueran propios, de los criterios masculinos. Una parte fundamental de valoración del físico se centra en el pecho, las caderas y los glúteos, como atávicas referencias reproductoras y quizás porque, como dice Simone de Beauvoir, “en la civilización más sutilmente sensual, donde intervienen las nociones de forma y armonía, los senos y las nalgas son objetos de una destacada preferencia, a causa de su gratuidad, de la contingencia de su lozanía”.

Se podría pensar que la generalización del cuidado y de la preocupación por la apariencia, así como la proliferación de reinas, novias y madrinas produce la cantera potencial de la que surge la miss, como fidedigna representante de las características físicas de la mujer venezolana. Sin embargo, la altura de las misses debe estar entre 1,72 y 1, 80, cuando la media de las venezolanas son bastante más bajas. Así mismo las medidas de las misses deben aproximarse, en poco más o poco menos, al tópico 90-60-90, siendo que la venezolana media suele ser de cadera más amplia.

La discordancia entre las características medias de la población, y las de las misses que supuestamente la representa, no es un fenómeno exclusivamente venezolano. Podría afirmarse que, para cualquier país, la concordancia es pura coincidencia. No se pretende que las aspirantes sean un reflejo de sus compatriotas, sino que puedan competir en los diversos concursos internacionales: Miss Universo, Miss Mundo, Miss Internacional. En consecuencia, los criterios de selección representan un aspecto de la globalización antes de la globalización. Existen unos standards de medida y estilo comunes para todos los países. El triunfo, en un concurso internacional no responde necesariamente a un premio a la belleza media de las mujeres de aquel país, al igual que las victorias de Induraín no representaban que la media de los españoles fuera ni siquiera capaz de subir pedaleando una ligera colina de un kilómetro. El ajuste a los cánones de belleza globalizados tiene como efecto un alto grado de uniformidad. Por ejemplo, las 40 aspirantes venezolanas a Miss Mundo 2001, podían reducirse a un máximo de 5 grupos de mujeres clónicas.

El sistema de elección de las misses depende en gran parte al papel que tenga en el conjunto de valores y, en consecuencia, al esfuerzo organizacional y económico que se invierta. En algunos casos, y en concreto en Venezuela, existe para ello una industria que funciona todo el año. En el barrio de El Rosal de Caracas se halla la Quinta Esmeralda, factoría de Miss Venezuela. Dicha organización está ligada a Venevisión, la televisión más poderosa de Venezuela, perteneciente al grupo Cisneros. Desde ahí Osmael Sousa maneja los hilos de las sucesivas elecciones de Miss Venezuela, que aspirará a Miss Universo, así como de los concursos que seleccionan a quienes concursarán para Miss Mundo y Miss Intercontinental. Las aspirantes pueden representar a las que han sido elegidas en diferentes estados o ciudades, pero no necesariamente. Las jóvenes pueden ser reclutadas por ojeadores en los diversos concursos de reinas, novias o madrinas o en cualquier lugar: la parada del autobús, la cola del cine, la discoteca, etc. Algunas de estas aparecerán luego como representantes de alguna localidad, incluso aunque ni sean originarias de dicho lugar o ni siquiera lo hayan pisado jamás.

“Has de tener la mente abierta a la cirugía”, le dijeron a la Novia 1998 de la Universidad Central de Venezuela, cuando le propusieron que se uniera al grupo de las aspirantes. La actual Miss Venezuela declaró que ella sólo ha sido intervenida de la nariz, los senos y las caderas. Realmente poca cosa si se piensa que Juliana Borges, Miss Brasil, ha sufrido 24 operaciones, para “mejorarse un poco” según ella. En estos tiempos de la producción de masas de la imagen, en Latinoamérica se ha popularizado la cirugía estética. Se multiplican los centros dedicados a tal fin y los precios empiezan a ser algo más asequibles a los diversos niveles sociales. Mientras en los Estados Unidos el 60 % de las intervenciones son de cirugía reparadora, en Brasil el 60 % van dirigidas a adecuar la imagen a los cánones dominantes. Los modelos de referencia más seguidos tanto por las aspirantes a misses, como por muchas de las que acuden al cirujano, son la de las “Vigilantes de la playa” y las muñecas Barbie. En una entrevista, la asesora de imagen de las misses venezolanas proponía el modelo Barbie: senos grandes y nariz pequeña. Este tipo de intervenciones es relevante hasta el punto que entre las informaciones destacadas en un  telenoticias venezolano se informó, con sus correspondientes imágenes, de una nueva técnica para la modificación de las nalgas.

Pese a la tendencia creciente a modificar quirúrgicamente la imagen, su seguimiento no es todavía mayoritario. Sin embargo sí lo es la utilización del maquillaje. Según un estudio realizado por una multinacional de la cosmética, las venezolanas son las mujeres que más consumen los llamados productos de belleza. Se calcula que invierten en dichos productos una cuarta parte de sus ingresos. En palabras de Simone de Beauvoir “se pinta la boca, las mejillas para obtener la inmóvil solidez de una máscara; aprisiona la mirada con una capa espesa de maquillaje y de rimel”. De esta forma se obedece a la noción común que identifica belleza con el hecho de arreglarse. Este rutinario ritual no sólo obedece al deseo de sentirse bella, sino también a la continua afirmación de la identidad femenina. De esta forma, tal como argumentaba Simmel, “a la mujer no le abandona jamás el sentido más o menos claro de que es mujer”. A la inevitable constatación biológica mensual, añaden el activo recordatorio cotidiano. El arreglo matutino se repasa diversas veces durante el día. En Caracas la mayoría de las mujeres llevan en el bolso la polvera y el lápiz de labios. Es un hecho habitual que los utilicen en cualquier lugar: en la calle, en el transporte público, en el trabajo, en clase, en el restaurante, etc.

Paradójicamente las que suelen poner mayor énfasis al afirmar que no existen mujeres feas, son las que destacan por su adecuación a los cánones culturalmente determinados de belleza y extraen beneficio de ello. En las entrevistas, las misses  repiten frases estereotipadas que van desde afirmar que “todas las mujeres nacen bellas”, o que “cada una puede tener algo en sí que la haga bella para alguien”, hasta tópicos  tales como que “no hay mujer bella sino mal arreglada” o, parafraseando la canción de la película “La bella y la bestia”, que “lo importante es la belleza interior”. De esta manera, mediante el discurso del arreglarse, se obvia la discriminación social que sufren las que no se ajustan a los cánones tanto en las relaciones sociales y afectivas más cercanas, como en el ámbito laboral. Acorde con la actual ideología liberal se exculpa a los factores estructurales y culturales generales, responsabilizando a las personas de sus situaciones.  Lo de la belleza interior, compartido socialmente como discurso ideal, parece un mensaje de consuelo para la satisfacción íntima personal, como compensación de la carencia de valoración y de los privilegios sociales otorgados a la “buena” apariencia física.

Este culto por la belleza, de la que son un reflejo mediático los concursos de belleza y el protagonismo social de las modelos, no es algo exclusivo de la sociedad venezolana o latinoamericana. Se da, en mayor o menor medida, en todo el mundo occidental. En todo caso, resulta más visible en Venezuela por ocupar un lugar más relevante en el sistema de valores hasta el punto de no sólo tener un reflejo en las actitudes de la población, sino también por constituir, para muchos venezolanos, uno de los motivos de orgullo nacional. Este país, de momento y quizás por el modelo de belleza imperante, presenta una proporción de anoréxicas muy inferior a Europa y la anorexia tiene bastante relación con los ideales de belleza socialmente impuestos que sancionan negativamente a quienes no se ajustan a los cánones.

Las misses en Venezuela, no sólo pasan por la cirugía física, sino también por una especie de cirugía interior. Las aspirantes, durante un período que puede llegar a ser de cuatro o cinco meses, son sometidas a diversas técnicas de modelaje. A parte de someterse a dieta, realizan jornadas intensivas en las cuales pasan por el gimnasio, aprenden pasarela y buenos modales y sentimientos. Asisten a cursos de retórica, cultura general e inglés. Obviamente no se pretende que en este breve período adquieran cultura, sino que la finalidad consiste en estar preparadas para responder a las preguntas, en general triviales, que les formulan los jurados de los concursos y los periodistas. El método es similar al practicado por algunas sectas: memorizar un determinado número de respuestas a las posibles preguntas. En consecuencia, la mayoría suelen responder con las mismas frases a las cuestiones que les formulan. Para acabar de adornar su belleza interior, durante este período algunas realizan alguna breve estancia en algún centro de asistencia “sensible”. Resulta sorprendente cuantas de ellas dicen haber trabajado con niños minusválidos, ancianos o enfermos de SIDA. Es decir, su belleza interior puede ser tan artificial como su cuerpo operado.

 





dijous, 24 de maig del 2012

A FAVOR DE ALGUNOS RECORTES
A poca gente se le escapa que la situación económica actual requiere sacrificios y recortes. Es bueno además que la Administración deba dar ejemplo en la reducción de gastos, empezando por los obviamente excesivos. Se critica mucho los recortes pero como a mí me enseñaron que de bien nacidos es aportar críticas positivas y ratifican los psicopredicadores que en cualquie...r circunstancia hay que ser positivo, querría hacer una aportación constructiva al problema. Por ejemplo, los ciudadanos habrán podido observar, ya sea directamente o mediante las fotografías publicadas, que ante cualquier anuncio de concentración de protesta, aparece un número a todas luces excesivo de furgos dels mossos. Es decir que sobran furgos y sobran mossos. Incluso si aceptáramos, que no aceptamos, la brillante tesis del comisario Piqué de la funcionalidad de producir miedo, no haría alta pues un par de mossos con uniforme que parece para ir a una fiesta de fans de la guerra de las galaxias, ya producen terror. Para menor gasto, no habría que rebajar los sueldos dels mossos (aunque algunos parecen gozar tanto que es posible que lo hicieran gratis). Digo ni rebajar los sueldos. Pues esto produciría el efecto de tenerlos airados y en este estado de ánimo se les podría ir la mano y sobrepasar los límites del “apaleamiento humanitario” que a bien seguro les debe inculcar el beatífico Felip Puig. No lo que habría que hacer es despedir a muchos de ellos o dedicarlos a tareas en las que resulten eficientes. Las furgos podrían donarlas o venderlas a bajo precio a ONGs que trabajan en África y Latinoamérica, done me consta que les hace mucha falta. También podían deshacerse de los juguetitos últimamente adquiridos, porras especiales, gases lacrimógenos....Y que el Arcángel San Gabriel los proteja y los haga cada día más buenas personas.

divendres, 23 de març del 2012



MONAS COMO LA BECKY

http://www.youtube.com/watch?v=f7YZe4HBJvY

Uno por ciento, esquizofrenia
http://www.youtube.com/watch?v=pCrrDkDKMTU&feature=results_main&playnext=1&list=PL49C8BF605AACD1D2

PSICOLOGIZACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA




1
AI referirnos aquí a la "dis­ciplina" psicológica desde la caracterización corno fe­nómeno social, entendernos que es irrelevante la discu­sión sobre cuál orienta­ción es la científica y cuál no. Desde este punto de vista incluiríamos en el concepto todo aquello que social­mente opera, que la pobla­ción utiliza, sea considerado corno correcta o incorrecto, corno discurso o interven­ción en el ámbito de lo psi­cológico. Así incluiríamos también a teorías y/o prácticas tales como el curanderismo, el esoterisrno, rnisticisrnos va­rios, etc.
"La sociedad « liberal» sitúa la psi­cologízación en un lugar directivo de una estrategia política, en el sentido en que un sociólogo americano (Peter L. Berger) pudo decir que si Freud no hubiera exis­tido, habría sido necesario que una socie­dad camo aquella lo inventara"
F. Castel, R. Castel, A. Lovell
Las dimensiones del concepto de psicologización
En el nivel discursivo se entiende por psicologi­zación la inadecuada atribución y/o sobreinterpre­tación psicológica en la explicación de los hechos humanos individuales o sociales, ya sea referente a su caracterización o a su etiología como a su proceso de construcción y desarrollo. Si bien la extensión de los discursos psicológicos tienen su origen en el desarrollo de la disciplina psicológica 1 y la consecuente aparición como identidad profe­sional, el fenómeno no ha quedado relegado a la academia y a la practica profesional. Posiblemen­te en el ámbito de la psicología, juntamente con el de la medicina, sea donde mas opere el fenó­meno denominado por Giddens, como de la "doble hermenéutica", es decir la circulación recí­proca de los términos y conceptos entre el saber científica y el saber común (Giddens, 1994). Con mayor o menor rigor en la utilización de los con­ceptos, la población lega utiliza el lenguaje técni­co psicológico, especialmente en lo relacionado con la psicopatología ("depresión", "neurosis", "esquizofrenia" ... ) y también términos tales como "autoestima", "crecimiento personal" etc. En este ir y venir de los términos y las definiciones, espe­cialmente en el campo de la psicología, el Ilamado saber científico se nutre de definiciones, desig­naciones del saber social común, si bien en este caso suele presentarlas con términos mas acordes formalmente con el lenguaje académico. De hecho podría decirse que en origen es la sociedad quien designa al "Ioco" y el psiquiatra quien lo describe y lo rebautiza (Bastide 1998).
Relativamente relacionado y/o como conse­cuencia de dicho nivel discursivo, la psicologiza­ción consiste también en la proliferación de in­tervenciones técnicas psicológicas en la orienta­ción, realización y, en su caso, corrección.de los quehaceres cotidianos. Alcanzando dicha prolife­ración técnica los diversos lugares y dimensiones vivenciales: lo personal íntimo, lo convivencial, lo relacional, lo laboral, los estilos de vida, las for­mas de consumo, el ejercicio del poder político. Este fenómeno se inscribe en una amplia ten­dencia generalizada a la tecnificación de la vida cotidiana. Ello supone que paralelamente al de­sarrollo del conocimiento "experto" disminuye el conocimiento y las habilidades tradicionales del individuo y la casa familiar respecto a pequeños problemas y recursos de la cotidianidad. Así no sólo el conocimiento cotidiano queda en manos de expertos y especialistas técnicos, sino que además "cualquiera que viva en condiciones de modernidad se vera afectado por una multitud de sistemas abstractos y sólo podrá obtener, en el mejor de los casos, un conocimiento superfi­cial de sus tecnicismos" (Giddens, 1994: 36).
Funciones ideológicas perversas de la psicologización
La psicologización esta ya presente desde Pla­tón y Aristóteles y se refuerza con el cristianismo, que en el marco de unos inicios de carácter comu­nitarista coexiste con el discurso de la "responsabi­lidad individual", la "salvación personal", la "resig­nación" y el "sometimiento al poder". EI cal­vinismo, una de las ideologías funcionales al de­sarrollo del capitalismo, incidirá también, mediante el concepto de predestinación, a situar el éxito o el fracaso en las condiciones y acciones individuales. Los "ilustrados" pre y post Revolución Francesa se esfuerzan por desbancar las explicaciones mágicas religiosas con nuevas "magias": la idea del contra­to social como fundacional del todo social, supues­tamente pactado por los ciudadanos mediante la "indiscutible" racionalidad que milagrosamente ar­monizaría los intereses de los individuos y del todo social. EI economista Adam Smith aportaría la no menos mágica mano invisible que prometía el de­sarrollo, la estabilidad y el bienestar de los ciudada­nos. En aras de esta supuesta racionalidad, curiosa­mente fundamentada en la fe en magias y milagros del funcionamiento del sistema social, pensadores liberales tales como Locke se opondrán a cualquier intento de intervención estatal ya que así podría al­terarse el sistema de orden natural.
En definitiva de forma paradójica, el supuesto individualismo radical se basa en la creencia en un sistema colectivo mágico. En este contexto en el cual se inscribe nuestra sociedad actual, la de los últimos desarrollos de la modernidad2, la psi­cologización sirve de coartada para la negación de los problemas sociales. En este discurso se encuentran los liberales, gran parte de la sociolo­gía contemporánea, parte importante del cristia­nismo y las orientaciones dominantes de la psi­cología. EI sistema liberal-capitalista en tanto se autoproclama como modelo final único posible, como máximo acepta su perfectibilidad pero no su cambio esencial. En este contexto discursivo no acepta sus condiciones estructurales como posible causante de los desajustes¡ las marginali­dades y los padeceres personales3. Una de las funciones principales de la psicologización con­siste en permitir elaborar un discurso política-

mente correcto4 que desculpabilice al mismo tiempo a los fundamentos constitutivos del siste­ma económico-político-social ya los sujetos que sufren sus consecuencias. Aquellos que están en situación de desventaja social ya no serán como antaño actores culpables de su propia molicie, falta de ambición o perversidad si no víctimas inocentes de alguna disfuncionalidad, carencia, malformación psicológica o de un aprendizaje o socialización deficiente.
Moral, buenas costumbres y normalidad
Existe la tendencia a atribuir alguna forma mas o menos leve de patología a aquello que no comprendemos, que no aceptamos y/o difiere de nuestras costumbres y valores. Este hecho afecta no sólo a la población lega sino a los ex­pertos y podemos además detectarlo en sus tex­tos de referencia. En muchos casos los déficits de comprensión son debidos al hecho de que no­sotros mismos somos el principal, mas completo e intenso conocimiento de ciertas interioridades humanas (sentires, emociones, deseos, cataliza­ciones¡ supuestos instintos¡ etc.) y en consecuen­cia tendemos a considerarnos, de forma cons­ciente o inconsciente, explícita o implícitamente, "la medida de todas las cosas". En ello también interviene la interiorización del sistema de nor­mas y valores de nuestros ambitos de desarrollo y convivencia, que forman parte de aquella en­crucijada en la que se encuentran y, a menudo se confunden, los diversos conceptos de normali­dad: el estadístico, el histórico-tradicional, el cul­turalmente positivado y el técnicamente definido por las disciplinas psi.
Este bagaje puede llevarnos a pervertir los pro­cesos de "empatía" como método de compren­sión. En una correcta empatía no es suficiente con ponerse en el lugar del otro. Uno debe ponerse, no como uno mismo sino como el otro, imaginando su bagaje experiencial, mental, emocional, valorativo, etc. Quienes trabajan en los ámbitos de teorización, investigación y/o intervención en el ámbito de las ciencias sociales no están por enci­ma del bien y del mal como para librarse del ries­go de proyectar en su trabajo, de forma conscien­te o no, su sistema de valores, su estilo de vida, sus concepciones de normalidad. Esta situación pue­de agravarse cuando el objeto de trabajo corres­ponde a otra cultura por procedencia de clase social, de lugar geográfico, de religión, etc. Como forma de paliar los riesgos de esta proyección, Alvin Gouldner aconseja someterse a un ejercicio previo de hacer de "abogado del diablo" de uno mismo, poniendo en cuestión, sus valores, sus cre­encias, sus referentes culturales. Incluso poniendo especial atención en lo no-problematizado, lugar por el que suele entrar de puntillas lo mas enraiza­do ideológicamente.



2 No "postmodernidad", tér­mino para consumo erudito de filósofo o sociólogo eru­dito pero que no esta justifi­cado como supuesto cambio de era, ya que en la actuali­dad lo que se esta produ­ciendo son las consecuen­cias de la modernidad inau­gurada con la Ilustración y la Revolución Industrial. En to­do caso, mas que los cam­bios preconizados por Lipo­vetski y otros, es la vertigino­sa evolución de las tecnolo­gías de la comunicación.
3 La dificultad por aceptar las deficiencias de la estructura o el sistema social, no es pa­trimonio exclusivo del siste­ma liberal-capitalista, sino propio de toda sociedad que se crea en el fin de la historia. Prueba de ello era la seme­janza básica entre el marco conceptual de la sociología norteamericana y la sociolo­gía oficial de la Unión sovié­tica y otras países del Este. En consecuencia, podríamos caracterizar la sociología de estos países del Este como sociología estructural-funcio­nalista con jerga marxista pe­ra radicalmente opuesta a la sociología critica marxista. En este contexto no sorpren­de que a la disidencia se le atribuyeran problemas o dis­funciones psicológicas y se les aplicara correctivos de este ordeno
4 Pocas cosas hay cognitiva­mente mas incorrectas que los discursos "políticamente correctos" entendiendo que la emisión del discurso polí­ticamente correcto adquiere sentido como modificación de la descripción de la reali­dad para hacerla mas sopor­table de acuerdo con valo­res sociales ideares. Personalmente incluyo las disciplinas psi en las ciencias­ sociales y no veo razón para que sea de otra manera.
Herencia funcional ciencias sociales/religión
Las religiones desde su origen y durante su desarrollo han hallado gran parte de su razón y posibilidad de ser por el hecho de responder a las cuestiones que los humanos necesitaban conocer para poder controlar al máximo posible su supervivencia. Consecuentemente abunda­ban en las religiones primitivas divinidades que eran o representaban los fenómenos atmosféri­cos que condicionaban su alimento y cobijo. EI constantinismo, que se describe como la alianza de reciproca conveniencia entre el poder y la reli­gión, adquiere relevancia histórica con el imperio de Bizancio. Sin embargo no nace con él si no que se halla ya en las culturas primitivas, ya sea con la alianza entre jefe y chaman o sacerdote, ya sea con la coincidencia de ambas funciones en la misma persona. De esta manera la religión a par­te de legitimar el poder cumple la función de control social con la inclusión de los intereses del poder en su sistema normativo-moral el cual refuerza con la promesa de premios y castigos en el mas aquí y/o en el mas allá.
A medida que avanza el conocimiento cientí­fico la religión va perdiendo ámbito de inter­vención a favor de las ciencias e influencia general. De esta manera según el resultado de la tensión ciencia / religión en cada sociedad, las ciencias adquieren mayor o menor carácter de sustitutorias o complementarias en la fun­ción de control social de la población. Las cien­cias sociales y en especial las disciplinas psi adquieren un papel privilegiado en la función de control social. Se puede observar como un ejemplo de este proceso de sustitución formal en lo referente a la identificación y descripción de ciertas conductas consideradas como social­mente desviada en los aspectos referidos a la sexualidad. Se puede hacer un ejercicio practi­co tal como establecer dos columnas en un papel y disponer en una de ellas la lista de pecados referidos a la sexualidad extraídos de algún manual de moral católica de los años 30 a 80. En la otra columna se pueden poner las consideradas conductas sexuales patológicas extraídas de un manual de psiquiatría, por ejemplo el Tratado de Psiquiatría de Henri Ey, que se utilizaba en diversas facultades de medi­cina de la época (también puede hacerse con los DSM o CIE). De dicho ejercicio resulta un paralelismo de correspondencia casi total en lo que lo que cambia es la denominación de apa­riencia y sonoridad formalmente "mas científi­ca" en la columna psiquiátrica.
La psicología como bien de consumo y/o distinción
En la moderna sociedad de consumo, la psico­logización se extiende también mediante la adqui­sición por parte de la psicología del carácter de producto o servicio comercializable. AI crecimiento de la cultura de necesidad de conocimiento, mejora y cura de los procesos psicológicos no es ajena a producción de licenciados en busca de mercado :lor parte de las universidades (en España el fenó­meno crece a mitad de los años 60 con la creación de la carrera y las facultades independizadas de los estudios de filosofía) La demanda no sólo depende estrictamente de las necesidades sino que también puede ser desvelada o provocada por la oferta. además la oferta puede crear nuevas necesidades o la atención a aquéllas que se solucionaban al margen del mercado. Los productos psicológicos revistas de divulgación que se venden en kioskos callejeros, remedios tradicionales, objetos, talisma­nes, etc.) y los servicios (consultas psicológicas y esotéricas) cada vez mas se ofrecen en el mercado como los bienes y servicios tradicionalmente consi­derados de consumo, ya sea mediante una publici­dad directa en los medios (diarios y revistas) o la indirecta tal como la de los consejos dados en pro­gramas de radio y/o televisión, caso casi único en el que aconseja, en algunos caso cobra de la inter­vención en el medio que al mismo tiempo le pro­cura clientela para su consulta.
Capítulo aparte merece mercado ya antiguo en :Igunas sociedades como en los USA en el que la "elación comercial continuada con el psicólogo especialmente con el psicoanalista), adquiere el :aracter de signo de distinción social. En muchos :asos la distinción exige tener todo un equipo de servicios especializados (psicoanalista, masajista, coach personal, estilista, etc.) EI consumo de psi­coanalista como elemento de distinción está entrando también entre ciertos sectores de la bur­guesía de las grandes ciudades españolas.
Psicopatologización de los problemas sociales
EI no reconocimiento del sistema social como posible causante de situaciones de desventaja y/o padecimiento para algunos sectores de la  población, adquiere especial atención y tensión en lo referente a la pobreza y las situaciones derivadas de esta. En los años 30 Faris y Dun­ham sociólogos de la Escuela de Chicago, reali­zaron un estudio, que puede ser considerado como una de las investigaciones fundacionales de la epidemiología, en el que mostraban la relación entre incidencia de la esquizofrenia y situación de precariedad económica. En un país en el que uno de los principios ideológicos fun­damentales consiste en la afirmación de que su sistema económico ofrece oportunidades de bienestar y mejora económica a todo aquel que es capaz y se esfuerza, el estudio de Faris y Dun­ham suponía una carga de profundidad a la ideología idealizada acerca del sistema econó­mico y consecuentemente se intentó girar el argumento en el sentido de afirmar que no se era esquizofrénico por ser pobre, sino que se era pobre por ser esquizofrénico. A ello se añadía que algunos conservadores veían en las conclu­siones del estudio citado la sombra del fantasma de Marx, ante el cual en aquel país se blanden cruces y ajos simbólicos5
Quizas porque otrora se abusó de la causa­ción económica o para ofrecer mayor campo a tesis mas psicologizantes, actualmente se tiende a negar de forma precipitada la relación entre c1ase social y situación de padecimiento o des­viación. Ciertamente existen problemas que podríamos calificar como "transclasistas". Sin embargo no es suficiente para defender la irrele­vancia del factor c1ase social con mostrar la exis­tencia de casos en c1ases de diversa posición en la estructura social. Se debe tener en cuenta la diferencia de cantidad de casos en cada seg­mento de la estructura social6
Ante la resistencia a poner en cuestión ciertos valores culturales o ante la dificultad de modifi­car el conjunta de factores que producen algu­nos problemas sociales, dichos problemas no se definen como tales y se establecen políticas que en términos macrosociales no enfrentan ni solu­cionan el problema, sino que sirven para establecer rituales de actuación aunque dicha actuación fuera en términos sociales inútil aunque visible, contabilizable, exhibible. Un ejemplo de fue el discurso inicial respecto a la violencia de género, del cual aún quedan restos discursivos, en el que se afirmaba que el maltratador debía tener algún problema psicológico como si nada tuviera que ver con la cultura y las exigencias de la identidad masculina predicada y reforzada intensamente desde el nacimiento, con la colaboración de casi todas las instituciones sociales y controlada y sancionada en los ámbitos de interacción de los varones.
5 Si bien es cierto que duran­te un tiempo ciertos secto­res teóricos adoptaron la ac­titud tan poca marxista de guiarse por una fascinación devota y doctrinal del mar­xismo y, en consecuencia aplicar de forma acrítica la etiología económica mas allá de donde era pertinen­te. En la actualidad como si a partir de la caída del muro por decreto se hubiera inva­lidada todo contenido de dicha teoría y en virtud del desarrollo de dicho decreto hubiera desaparecido de la realidad hechos tales como las c1ases sociales y la plus­valía. Inclusa algún partida político en magna asamblea realizó un ritual pública de exorcismo para expulsar de sus idearios al innombrable. A ello, en ocasiones, se su­ma el hecho que existe un aspecto frívola en las cien­cias sociales que las hace funcionar en forma de mo­das, lo cual permite la invali­dación de una teoría aparte de ella simplemente y sin mayor discusión, por el he­cho de ser" antigua" es de­cir pasada de moda. Ahora lo fashion es la postmoder­nidad, hasta que desaparez­ca o se diluya en una nueva tendencia. AI respecto La­ma de Espinosa propone otra actitud intelectual ante la caída del muro, afirman­do que precisamente gra­cias a la caída podíamos abandonar las actitudes reli­giosas a favor o en contra de Marx y estudiaría de la misma manera que se estu­dia a Comte o Max Weber.
6 Una forma popular de des­localizar las causas atribui­das a un fenómeno consiste en la aplicación de la tan manida frase" en todos la­dos se cuecen habas". Frase irrelevante y tramposa si se olvida de añadir la segunda parte también popular. "pe­ra en algunos sitios a calde­radas". Por ejemplo cuando se habla de violencia ma­chista, no sólo personas le­gas sino también algunos supuestos expertos mencio­nan el hecho de que tam­bién se producen agresiones de mujeres a hombres sin tener en cuenta la propor­ción de uno y otro caso.
Jugando con comodines
La investigación epidemiológica y los acuer­dos respecto al diagnóstico, han resultado de gran ayuda en la identificación de problemas y de sus causas. Sin embargo al mismo tiempo ha producido ciertos efectos perversos cuando aquello que debía servir para establecer proto­colos con los cuales dar pistas, plantear hipóte­sis, encontrar líneas de profundización en la inda­gación, en algunos casos se utiliza como dicta­men definitivo. No sé si por pereza, por falta de recursos temporales y/o de otro tipo, o porqué otra razón. Cada vez mas se utilizan comodines que del nivel asistencial, pasan al de trabajo so­cial, al de investigación, al de las políticas. A par­tir de certezas epidemiológicas, en ocasiones, sin mas se dan como definitivos dos comodines "tabaco" y "sobrepeso", en el campo de las con­ductas consideradas como socialmente desvia­das con excesiva frecuencia se utiliza el comodín estrella: "familia desestructurada". (Delincuencia juvenil = familia desestructurada, prostitución =familia desestructurada, sintecho = familia des­estructurada, consumo de estupefacientes=fami­lia desestructurada .... ) ¿Hay algún acuerdo serio sobre lo qué es una familia desestructurada? ¿Respecto a qué modelo de familia? No hay duda que ante la indefinición y/o sobredefinición del concepto de familia desestructurada en el proceso de indagación se encuentra la "familia desestructurada". Ya decía Goethe que normal­mente vemos lo que ya tenemos en el alma. An­te un procedimiento tan viciado uno no sabe qué se afirma: que la persona tiene un comporta­miento desviado porque tiene una familia deses­tructurada o como tiene un comportamiento desviado ha de tener una familia desestructura­da. Hace unos años un diario de Barcelona publi­có los datos sobre delincuencia juvenil del Cen­tro de Estudios Jurídicos de la Generalitat, el ti­tular de la noticia era "EI 45% de los delincuen­tes juveniles proceden de familias desestructura­das". La noticia era muy preocupante pues se podía pensar que el 55% de los delincuentes ju­veniles procedían de "Familias estructuradas". No me consta que ante ello la Generalitat envia­ra ejércitos de psicólogos y trabajadores sociales a desestructurar familias como medida preventi­va a la delincuencia juvenil.
La ideología familiarista dominante referida a un modelo determinado de organización de la afectividad, la sexualidad, la procreación y la asis­tencia mutua en ocasiones produce una literatura técnica en la que no es fácil saber si se pretende abordar la salud mental o defender un determina­do modelo familiar. Para ello en ocasiones se utili­za la media verdad, que quizás es la peor de las mentiras. En general la psicología investiga las desviaciones, disfunciones y "fracasos" (cosa que en el tema familia también hace la sociología, en la que sabemos mas de divorcio que de familia). Así cierta psicología afirma que quienes no se emparejan posiblemente tienen un problema de "inmadurez afectiva", quizás sea cierto pero des­conozco estudios que se pregunten si algunos tie­nen la necesidad de emparejarse debido a algún tipo de inmadurez afectiva y/o alguna otra caren­cia. En este contexto tiene socialmente mala pren­sa quienes viven solos. No faltan estudios psicoló­gicos que desvelan los problemas y molestias psicológicas de quienes viven solos. No tenemos por qué dudar de la seriedad de dichos estudios pero no encontra mos facilmente el pormenoriza­do inventario de problemas y molestias psicológi­cas de quienes viven emparejados y/o en familia. Se olvidan de que cuando se investiga una situa­ción, la investigación no esta completa hasta que se investiga la situación opuesta y/o las situacio­nes diferentes.

La psicologia como arma de persuasión masiva

Quizas grandes avances de la psicología son atribuibles al desarrollo de la publicidad. De hecho las técnicas psicológicas publicitarias han sido asumidas por la política, las estrategias de lOS medios de comunicación, la animación cultu­ral, etc. La importancia de la psicología como medio de persuasión es debido a la gran capaci­dad movilizadora que tiene la actuación sobre las emociones. Aunque en la mayor parte de los orocesos de persuasión masiva, las emociones sue Ien actuar c1andestinamente, como si no estuvieran en el mensaje que suele presentarse como dirigido a la racionalidad en un marco de supuesta objetividad. Según el discurso ideal explícito de los rnedios de comunicación su tarea consiste en ser IInotarios de la realidad" en simplemente repro­ducir y transmitir lo que sucede y como sucede.
No siempre puede ser así ya que los medios de comunicación pertenecen a empresas en el seno de una economía de mercado y como tales su objetivo es vender de forma que obtenga bene­ficios económicos. Es decir las informaciones son mercancías en busca de comprador. Sin embar­go mas preciso sería decir que los medios no comercian mercancías sino que comercian con emociones que es en último término lo que se compra. EI papel de la psicología en la estrategia de los medios consiste en conocer qué variables movilizan las diversas emociones!. En política cada vez mas las estrategias de "simpatía" de los personajes ganan terreno a la seriedad y factibi­lidad de los programas, es decir los factores psi­cológicos adquieren tanta o mas relevancia que los estrictamente operativos políticamente.

Bibliografía

- Bastide, R. (1998) Sociología de las enfermeda­des menta/es. Ed. Siglo XXI, México D.F.

- Castel, F. Castel, R. Y A. Lovell (1980) La sociedad psiquiatrica avanzada. Anagrama, Barcelona.

- Giddens. A. (1994) Modernidad e identidad del yo. EI yo y la sociedad en la época contemporanea. Península, Barcelona.

- Gouldner, A. (1973) La crisis de la sociología occi­dental. Amorrortu, Buenos Aires.

- Ey, H. (1971) Tratado de Psiquiatría. Masson, Bar­celona.




Desvetllar les mentides ens apropa a la veritat


La mentida es una de les principals formes de cuinar la por. La por és una defensa natural de la sobrevivència. Tot i tenir seriosos dubtes sobre gran part de les atribucions dels comportaments a la naturalesa i als instints. Pocs dubtes tinc respecte a l'instint de sobrevivència com a pare de gran part de les actituds i els comportaments. La mentida acostuma ser un dels principals instruments del mal, de l'explotació, de la dominació. En definitiva del poder
La pitjor i mes eficaç mentida es la mitja veritat i l'extrapolació de la veritat parcial.

DESVELAR LAS MENTIRAS NOS ACERCA A LA VERDAD
La mentira es una de las principales formas de cocinar el miedo. El miedo es una defensa natural de la supervivencia. Pese a tener serias dudas sobre gran parte de las atribuciones de los comportamientos a la naturaleza y a los instintos. Tengo pocas dudas respecto al instinto de supervivencia como padre de gran parte de las actitudes y los comportamientos. La mentira suele ser uno de los principales instrumentos del mal, de la explotación, de la dominación. En definitiva del poder.
La peor y más eficaz mentira es la medio verdad y la extrapolación de la verdad parcial.